sábado, 22 de mayo de 2010

MI IRA ESTA JUSTIFICADA



Las personas que viven con el sentimiento de ira casi constantemente deben justificarse y buscarle alguna utilidad, de lo contraría deberían librarse de ella. Si no se le conoce o concede ninguna utilidad, su existencia está de sobra.
Hay personas que consideran imposible poder contener su ira y por lo tanto vamos a dar a conocer lo que para nosotros son las seis principales causas por las que viven airados: 1. Poder y mando: ¡Obtendré aquello que deseo si me pongo lo suficientemente insoportable como para que me lo concedan! ¡Quiero lo que quiero y lo quiero ahora mismo! Aunque quizá muchos hayan aprendido con los años, a la mayoría les sigue funcionando esa erupción de carácter ya sea mediante amenazas, golpes, gritos, etc. De lo que no se dan cuenta es que esta forma de actuar a parte de ser un arma muy poco fina no nos va a servir de forma ilimitada y además las consecuencias no siempre son las mejores. Utilizar el arma de la ira para asegurarnos el poder no es ni mucho menos una buena idea, ya que tiene muy corto alcance y además es muy cara en cuanto a relaciones ya que nos puede llegar a costar la familia, amigos e incluso nuestro propio bienestar. En definitiva se trata de conseguir el mando a través del miedo, la ira trae el miedo más atroz. 2. Huir de la responsabilidad: La culpa nunca la tienen ellos, son el resto los que le hacen enfadar y sacar toda su rabia de un momento a otro: “ellos son los que me hacen enfadar”. Esta es para los coléricos una forma aparentemente sencilla y práctica de eludir su propia responsabilidad, para qué se van a hacer cargo de su respuesta o acciones si pueden achacárselo al de al lado. En general se niegan a aceptar la responsabilidad de su propia vida. No se dan cuenta que lo que les está haciendo infelices es el culpar de todo a los demás. Recuerda: “soy yo quien se enfada, no me hacen enfadar el resto”. 3. Escasa capacidad comunicativa: Generalmente son personas con escasos recursos para comunicarse y es por tanto esa incapacidad la que les lleva a encolerizarse, gritar y terminar la conversación con un portazo. Muchas veces son incapaces de expresar lo que quieren, no son capaces de dar con las palabras adecuadas, no encuentran las palabras precisas, su nerviosismo crece y terminan por recurrir al grito e insulto en muchos casos. Otro de los problemas que tiene además de no saber expresarse, es que no suelen saber escuchar, no saben cómo compartir y expresar sus propios sentimientos y eso les lleva a ponerse furiosos con ellos mismos pero lo exteriorizan achacándoselo a los demás. 4. Ya es un hábito: La fuerza que tienen y adquieren los hábitos se dan también en el caso de la ira. Al tratarse de hábitos las tenemos tan interiorizadas que se hacen sin pensar, nos facilitan la vida en muchos casos pero en otro como en este nos la complican. La ira en estas personas se trata de un mal hábito. Lo que tienen que aprender es a frenar esa mala costumbre y evitar cualquier tipo de impulso que les lleva a reaccionar nuevamente de una forma desproporcionada. 5. Un escudo contra los sentimientos y relaciones íntimas En ocasiones la ira funciona como tapadera de una emoción que no queremos exteriorizar. Pero de lo que no son conscientes es que una persona no aguantará durante mucho tiempo los constantes gritos, reproches, etc. Todos tenemos un límite y la única forma de mantenernos es mediante el amor y no mediante los reproches y gritos. Hemos analizado las que consideramos las cinco causas más comunes para que la ira siga en la vida de muchas personas. Puede que si usted se pone a recapacitar sobre su caso personal encuentre alguna más, perfecto. El siguiente paso es una vez lo hemos hecho consciente empezar a trabajar para tener un mayor dominio sobre nuestra propias reacciones. Una vez nos pongamos a hacerlo nuestra vida empezará a mejorar a pasos agigantados. Esa mejora la notaremos nosotros mismos y las personas que nos rodean por supuesto.

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